Programa SARA: Sanando el Alma para Renacer en el Amor

La realidad del aborto en Costa Rica es un tema silenciado, muchas mujeres han decidido abortar por diversas circunstancias, y sabemos que no es la decisión más fácil ni la que les da felicidad o plenitud, por el contrario, comprendemos sus efectos en cada persona, tanto para quienes lo practican, como para quienes optan por este.

En el 2016, ante la creciente necesidad de mujeres que tras provocarse un aborto viven las consecuencias psico-emocionales y espirituales de su decisión, nace este proyecto llamado Sanando el Alma para Renacer en el Amor, el cual busca no solo atender a mujeres, sino también a hombres que hayan tomado la decisión de abortar a su/s hijo/s, también atendemos a toda persona que se haya visto involucrada en la decisión o que haya realizado la intervención médica del aborto

"El aborto y sus heridas, son un tema silenciado en Costa Rica"

Nos regimos por un principio de compasión, no juicio y confidencialidad, nuestro propósito es tocar el dolor y la herida con la responsabilidad de ayudar a sanar a través de nuestra escucha, nuestros gestos y nuestras palabras; a través de los cuales reconocemos sus pensamientos y emociones, validándolos. Con el fin de fortalecer a la persona y contribuir en la formación de familias sanas.

Nuestros Pilares de Servicio

Amor y Respeto en Sociedad

Sentimos un profundo deseo en contribuir con una sociedad en la que el amor sea su principio y fin, donde se valore la dignidad humana, no tiene sentido después de un aborto juzgar sus actos ni mucho menos a la persona, creemos en el respeto reciproco que nos hace más fuertes al aprender a trabajar en unidad.

Libertad y Responsabilidad en nuestras acciones

Apelamos siempre a la libertad y responsabilidad en el actuar, sobre las decisiones de vida que tengamos que tomar, que nos lleva siempre a la realización personal y social. Asumir conscientemente las decisiones y sus consecuencias, así como la respuesta que damos a aquellas situaciones que no buscamos o que fueron inevitables.

Una verdad que nos lleva a la paz

La única verdad es que cuando actuamos desde nuestras carencias, desde nuestros vacíos, desde el miedo, desde el dolor de nuestras heridas, terminamos causándonos más daño nosotros mismos y a los otros; atentando contra la paz que todos anhelamos, esa paz que evita la hostilidad, violencia, conflictos, es la paz que se fundamenta en el perdón a si misma, a los demás y a Dios, a través de la mayor grandeza que es el reconocimiento de nuestros errores y debilidades, para que desde la aceptación podamos iniciar el camino a la transformación y construcción de una mejor persona.

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Voluntariado

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